Con lo simpático que es el personaje de Obélix, siempre acompañado de su amigo Astérix y del perrito Idéfix. Desde su aldea del norte de Francia acudiendo siempre en ayuda de los débiles, o resistiendo al invasor romano. Gérard Depardieu, actor francés que ha encarnado en varias ocasiones al personaje de Obélix, ha ido un poco más lejos. Huyendo del fisco francés, ha estrenado a bombo y platillo su nueva ciudadanía rusa. Y digo yo, en Francia no hay asesores fiscales?. No hay nichos de inversión que reporten interesantes desgravaciones?. Me parece escandaloso que un individuo tan conocido y asociado al bonachón Obélix, le haga un corte de mangas a su patria y abrace otra nacionalidad, en la que el fisco aprieta menos. El bueno de Gérard en lugar de contribuir en su país como un valiente, ha preferido pasar a ser un cobarde seboso apátrida. El Obélix del cómic, de pequeño cayó en la marmita donde se cocía la poción mágica, el de carne y hueso parece que también cayó en una marmita, de vodka.
Mención aparte para el gazapo del periodista, que en el pié de página dice que Depardieu interpretaba a Astérix. Lo que hay que ver!.
