El Encaje de Bolillos es un arte ancestral, que practicaban nuestras abuelas y bisabuelas, con el que se consiguen unos bordados maravillosos. Es una técnica compleja, que consiste en ir moviendo los bolillos con hilo, entre un bosque de agujas clavadas en un bastidor.
Este oficio artesano, aunque parezca mentira, no ha desaparecido. Al contrario, se ha implantado en la sociedad de forma generalizada. Los políticos y los partidos políticos por ejemplo, son los más grandes expertos en el arte del encaje de bolillos. La cantidad de hilos que mueven para salir indemnes de todos los casos de malas prácticas que les salpican a ellos o a sus colegas. Mire usted, eso son indicios, aún no está imputado. Mire usted, está imputado pero hasta que no haya condena firme creemos en su inocencia. Mire usted, han sido probados los hechos, pero este señor ya no juega en nuestro equipo, ya lo echamos, no nos pueden pedir responsabilidades. Miri vosté, aixó no toca ara. Este cuento lo hemos escuchado muchísimas veces y recientemente en el caso Pallerols, ahora suena igual el caso Bárcenas. Y la de casos y casos que están pendientes, Gürtel, Fabra, Palma Arena, Palau, familia Pujol, Campeón, Pokemon, Baltar, Pretoria, Eres de Andalucía, y no se sabe cuantos más. Mientras tanto, miles de hilos se van moviendo de aquí para allá, y de allá para acá, tratando de salvar la cara de los dirigentes políticos y que no les salpique nada. Por otro lado la ciudadanía corriente también es experta en este arte. Hemos tenido que aprender a mover los hilos para encajar las facturas y los gastos de nuestras necesidades, a los salarios recortados, a las pensiones recortadas y a los subsidios de miseria recortados. Como véis, todo el mundo conoce este arte ancestral. Si nuetras abuelas levantaran la cabeza, les costaría creerlo. La verdad es que a mí también me cuesta.
