sábado, 13 de abril de 2013

Bottle Street


El mundo es un pañuelo, sucio, pero un pañuelo al fin y al cabo. A los dos días escasos de conocerse la muerte de Margaret Thatcher, exprimer ministra británica durante la década de los 80, la señora Ana Botella, excelentísima alcaldesa de la villa y corte de Madrid, propone dedicarle una calle. En esta ocasión ha reaccionado con rapidez la alcaldesa, no como en el grave incidente del Madrid-Arena, con el trágico balance de 5 jóvenes muertas. En ese caótico desastre, organizativamente hablando, por todas las partes implicadas, lo que hizo la alcaldesa fué esconder la cabeza debajo de la alfombra de su despacho. Lo normal en la conducta de los dirigentes del PP, cuando se trata de un asunto de gravedad que les afecta directamente. La dama de hierro, como era conocida Margaret Thatcher, fué una precursora de todo el desbarajuste financiero-económico que vivimos en la actualidad. Aflojó las riendas de los mercados, adelgazó lo público, engordó lo privado, machacó a los sindicatos y empezó a desmontar el estado del bienestar. No es de extrañar que la sra. Botella le tenga gran admiración, su partido, el PP, sigue fielmente esa misma ideología. Algún día es posible que contemplemos en alguna calle de Londres, llena de bares de copas, una placa como la de la fotografía. Y la sra. Botella puede que sea recordada como la dama del botellón. Incluso puede llegar a ser la dama del botellón Olímpico.