miércoles, 17 de abril de 2013

Antonio, María, Rouco y Varela

No, no se trata de cuatro personajes de alguna nueva serie de TV. Todos juntos, uno tras otro, forman el nombre y apellidos del cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española. Aunque más bien parece "don erre que erre", personaje entrañable y gruñón, que encarnó Paco Martínez Soria en la película del mismo nombre, en el año 1970. Sin ese toque entrañable, rancio hasta límites insospechados, se despachó el otro día en la asamblea plenaria de los obispos lanzando mensajitos moralistas al gobierno para que actúe y modifique algunas leyes que incomodan a la Iglesia. Precisamente además fué el mismo día que el presidente Rajoy se entrevistaba con el nuevo Papa. Qué casualidad!. Se queja de la actual legislación sobre el aborto, una ley consensuada y que lleva tiempo en vigor sin que nadie se haya quejado. "Es urgente la reforma en profundidad de la legislación vigente. Se ha de poner coto cuanto antes a este sangrante problema social de primer orden". También manifestó la urgencia en reformar la legislación vigente sobre el matrimonio, evidentemente para borrar esa nomenclatura a la unión de personas del mismo sexo. Con relación a los problemas que verdaderamente acucian a los españoles, crisis, paro, pobreza, pasó de puntillas, sin hacer consideraciones rotundas como en los otros dos temas mencionados. Está claro que las prioridades del sr. arzobispo son muy diferentes que las de los ciudadanos, le preocupan más las ideológicas de la Iglesia. Lo que si debe preocuparnos es que en un estado aconfesional, aunque se mantenga un concordato con la Iglesia, se permita llamar la atención al gobierno para que altere leyes ya vigentes. Horas más tarde, el ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, salió a la palestra para decir que la reforma de la ley del aborto verá la luz muy pronto. Ha estado ágil el ministro, mostrándose deseoso de comerse cualquier marrón con tal de lavar sus flirteos de años atrás con los ámbitos de izquierda. Con respecto al matrimonio homosexual no dijo nada, porque el gobierno no va a hacer nada. Hay una sentencia del Tribunal Constitucional, y se va a dejar como está, aunque no le guste demasiado al PP, y no le guste nada de nada al sr. arzobispo. El caso es que por unos o por otros no nos vamos a librar del infierno. Infierno moral, económico y social. Solo nos faltan Roberto, Alcázar y Pedrín.