sábado, 9 de marzo de 2013

Tuuuuuuuttt! Se hace saber ...


Con el sonido de la trompetilla y esa frase, se identificaba al pregonero del pueblo. En otros tiempos, el pregonero era un cargo oficial del Ayuntamiento, al que se le encomendaba la misión de comunicar en voz alta los bandos emitidos por el Ayuntamiento, por todas las calles y plazas de los pueblos. En ocasiones también ejercía de alguacil, en el caso de que hubiera que citar a alguien, o multarlo, o incluso detenerlo por algún conflicto o altercado. Yo recuerdo al pregonero de Abengibre, el pueblo de mis abuelos, donde de niño pasaba los veranos. Jeromo, se llamaba el hombre, siempre calzado con las abarcas típicas de la zona. Vestido con pantalón de pana, camisa, chaleco, tabardo oscuro y gorra de plato en la cabeza. Llevaba una placa identificativa en la pechera del tabardo. Y sobre todo con la trompetilla siempre agarrada de la mano, de plaza en plaza y en los cruces de las calles, siempre el mismo ritual: Tuuuuuuuuuuuuuuutt! Se hace saber, por orden del señor alcalde....Eso cuando se trataba de mensajes institucionales del Ayuntamiento, que no siempre era así. Algunas veces el pregonero también daba mensajes publicitarios. En los años 60, en los pueblos pequeños no se podía comprar de todo. En ese tiempo era usual que pasaran por los pueblos camiones de venta ambulante. Estos camiones traían género al que no se tenía acceso si no era yendo a otros pueblos mayores o a la ciudad. Era lo más parecido a los mercadillos actuales, pero el punto de venta era el mismo camión. Abrían la trasera del camión, disponían el género para que lo viese el público, y con una balanza y unas pesas empezaba la venta de mercancía. Un día venía un camión que traía pescado "fresco", otro día venía uno con aceite, olivas, patatas, cebollas y ajos. A veces venía alguno con colchones, mantas, ropa de casa. Y así Jeromo anunciaba por todo el pueblo la llegada de dichos productos, para el que le pudiera interesar. Tuuuuuuuuuuuuuuutt! Se hace saber, que aquel que quiera comprar pescado fresco, acuda a la Plaza Mayor. También anunciaba asuntos de la vida social, las fiestas patronales, bodas, bautizos, defunciones. Está claro que eran otros tiempos, no había radio local, ni televisión local, ni periódico local, y el pregonero hacía esas funciones. A medida que fueron pasando los años y proliferando los medios, la función del pregonero fué desapareciendo. Un día paseando por un mercadillo de antigüedades y trastos, vi esta trompetilla de pregonero y la compré. He tenido que asearla un poco, darle algo de brillo, y ponerle una humilde cuerda. Me hacía ilusión, porque forma parte de mis recuerdos vividos y por eso mismo quería tenerla. Entiendo que con el paso del tiempo eso se acabó, pero me resisto que se pierda en el olvido. Por eso con estas letras, quizás a algunos les hará recordar, y a otros les dará a conocer como eran algunas cosas en otro tiempo no tan lejano. Hoy día con tanto teléfono móvil y no hay ningún ringtone que se llame "El pregonero". Una pena, si lo hubiera yo me lo pondría. Tuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuutt! Se hace saber......