Macabro?, no, para nada, sobre todo a la vista de como se ha desarrollado la crisis chipriota en esta semana. La idea del presidente de Chipre Mr. Anastasiadis, que seguro estaba anestesiado cuando la tomó, de meter mano a los depósitos de los ciudadanos en los bancos chipriotas fué una sorpresa morrocotuda. Y todo ello con la aprobación de los ministros de la Unión Europea. Poco a poco fueron surgiendo voces reclamando que la propia U.E. garantiza a los ciudadanos los depósitos hasta 100.000 euros, y siendo así, cómo podía aceptar la medida chipriota?. Por otro lado los propios chipriotas pusieron el grito en el cielo, ¡Esto es un atraco!. Y el propio parlamento chipriota rechazó la medida dejando con el culo al aire a su presidente. Hay que entender que Chipre no es un país normal como entendemos nosotros un país normal. Chipre está en una isla allá en los confines del Mediterráneo, y solo la mitad de la isla es Chipre, la otra mitad es Turquía. Chipre viene a ser un paraíso fiscal para fortunas rusas, se dice que hasta el 40% de los depósitos en bancos chipriotas superan los 500.000 euros. En esa tesitura, no solo el parlamento chipriota ha protegido a los ciudadanos con depósitos menores de 100.000 euros, sino que el presidente ruso Putin, el espía que salió del hielo, ha protegido a los depositantes de más de 100.000 euros, porque muchos de ellos son camaradas. Sea como fuere el asunto aún no está resuelto, y es que la U.E. para rescatar a la banca chipriota le va a dejar 10.000 millones de euros, pero quiere ver como garantía que Chipre dispone al menos de 5.000 millones. El caso es que el resto de ciudadanos europeos hemos pasado una semana de temblequeo de piernas y rechinar de dientes. Si es que no hay nada seguro en ninguna parte. Bueno, si que lo hay, la muerte de todos y cada uno de nosotros es segura. Y de momento, los depósitos de cadáveres, también. Qué alivio!.
