miércoles, 5 de junio de 2013

Límites extremos

Hace tiempo que se escucha el run-run de que hay niños que acuden a los colegios mal alimentados. Ahora ya en muchos colegios se ocupan de ofrecer a los niños comida en condiciones. Para muchos de esos niños, esa es la única comida ordenada que entra en sus cuerpos cada día. La situación social en algunos barrios trabajadores es cada vez más insostenible. Desempleo, desalojos, falta de recursos, imposibiidad de llegar a fin de mes. Se dan casos en los que hay que echar mano a la pensión del abuelo para pagar el servicio de comedor para el nieto. Muchas familias sobreviven de las ayudas del banco de alimentos y de los vales del supermercado que dan algunas ONG. Estamos hablando de barrios trabajadores donde la economía se ha deprimido a marchas forzadas en los últimos tiempos, pero el problema existe y está ahí. Nos prdemos en el debate ideológico sobre la educación, y hay problemas más graves que resolver. Niños malnutridos no afrontan el estudio con la actitud y frescura necesaria para rendir y asimilar los conocimientos básicos. Con estos mimbres, qué clase de sociedad se va a poder forjar?. Por otro el presidente del Congreso, Sr. Posada, ha dado marcha atrás en lo relativo a la subvención de las bebidas alcohólicas en la cafetería del Congreso. Está muy bien, es un detalle, pero un detalle que era justo y necesario. Es normal que en muchas empresas, los empleados tengan comedores o cafeterías propias con precios tasados, subvencionados. Eso ocurre en grandes empresas que tienen comedores propios, o en otras que por hacer jornada partida, no da tiempo a los trabajadores a ir a comer a sus domicilios y volver para seguir en el trabajo. Hay empresas que ofrecen a sus empleados tickets restaurante a un módico precio, para canjearlos en establecimientos cercanos a la sede de la empresa por un menú del día. En cualquier caso, en los comedores de empresa hace tiempo que se retiraron las bebidas alcohólicas, ni siquiera vino para la comida. El ticket restaurante solo sirve para el menú del día, tampoco ampara los cubatas. Por eso es normal que en la cafetería del Congreso se sirvan cafés, desayunos, comidas y bebidas a precio tasado, pero de ninguna manera alcohol. Las copas al precio que el operador del servicio quiera ponerlas, sin subvención. Por cierto, que ahora sabemos porqué el expresidente Sr. Rodríguez Zapatero no acertó a dar el precio de un café cuando se le preguntó en aquel programa de TVE "Tengo una pregunta para usted". Efectivamente dijo un precio bastante más bajo que el que cualquiera de nosotros pagaba en una cafetería. Parece que solo estaba familiarizado con los precios de la cafetería del Congreso y el hombre no acertó. En ese mismo programa, una señora le preguntó cuánto ganaba al Sr. Rajoy, entonces en la oposición. El ahora presidente eludió la pregunta diciendo que efectivamente ganaba más que ella. Hace unos meses, cuando se publicaron cifras en la web del Congreso, hemos sabido que verdaderamente ganaba una fortuna, entre lo que percibía del partido y del Congreso de diputados. Y es que toquemos el asunto que toquemos, se nos va al límite. Límites extremos y contrapuestos. Minorías poderosas y adineradas, clases medias cada vez más mermadas de recursos, y una creciente bolsa de clases necesitadas. Los extremos tan distintos y tan distantes, no son síntoma de una sociedad justa y equitativa, pero lo peor es que no son los más recomendables para una convivencia tranquila y armoniosa.