jueves, 20 de junio de 2013

La Troika TV

La instantánea nos muestra a un miembro de la Troika, uno de los hombres de negro, de vacaciones por el campo español, posado en una antena de televisión, y ya de paso, tomando el pulso de las múltiples cadenas de televisión pública que hay en España. Ojo al dato!, que hace poco más de un mes la Troika se dió un garbeo por Grecia, y acabó recomendando que había que liquidar más funcionarios públicos. Y el gobierno griego acabó cerrando la Radio Televisión griega. No es que haya que celebrar el cierre de una televisión pública, pero sí es para detenerse en algunas consideraciones. En España, y prácticamente en Europa, las televisiones públicas están "controladas" por el que tiene el poder, por el que gobierna. Solo hay que observar los cambios de directivos dentro de la televisión pública, cada vez que cambia de signo el partido gobernante. Es decir, se utiliza la televisión pública para hacer de altavoz de la ideología del partido que ostenta el gobierno. Estos asuntos se tratan así, estos otros se enfocan así, estos otros se filtran así, etc. Una televisión pública tiene que estar al servicio de todos, a fin de cuentas la estamos pagando entre todos, vía presupuestos generales, o vía impuestos. Tiene que ser una televisión neutra políticamente, con informativos serios, con programas divulgativos, de entretenimiento, de ocio, y de servicio a los ciudadanos, pero siempre de calidad. En España, además, tenemos 17 autonomías con 17 televisiones, cada una con dos, tres, o cuatro canales de emisión. Muchas de ellas, por no decir la mayoría, con una aburrida programación, infumables programas de entretenimiento, y unas audiencias como para echarse a llorar. Pero ahí están, el poder es el poder, y la maquinaria propagandística se sirve del altavoz. Y todavía más, en España deben haber miles de televisiones municipales. No hay ciudad o pueblo que se precie, que no tenga canal de televisión propio. Ya no vamos a hacer mención de las audiencias de estas televisiones municipales, porque entonces es para cerrarlas directamente. Pero no, todo el mundo se resiste a silenciar su altavoz, su parcela de poder mediática. A ningún gobernante le tiembla el pulso para hacer recortes en Sanidad, Educación, Prestaciones sociales, etc. Pero ninguno mete mano a su altavoz mediático, a ninguno se le pasa por la cabeza enmudecer su coto privado de las ondas. Además de que también resulta un buen campo de colocación de amiguetes, correveidiles y hartosopas correligionarios. Pues eso, que si algún día la Troika se pasea por aquí y no es de vacaciones, va a encontrar mucha tela que cortar.