miércoles, 12 de junio de 2013

El encanto de los Encantes

El Mercat Fira de Bellcaire, o más conocido como los Encantes Viejos, pronto va a ser trasladado a un engendro de edificio extraño que este sábado pasado se inundó, a pocos días de ser inaugurado. Actualmente se encuentra en la Plaza de las Glorias, calle Cartagena, Consejo de Ciento y Dos de Mayo, y se va a trasladar apenas unos cientos de metros, a la calle Meridiana esquina con calle de los Castillejos. La idea era cerrar el mercado el próximo día 15 y proceder al traslado de las mercancías al nuevo edificio, para abrir las puertas al público el día 19 de Junio, con una gran fiesta de inauguración. Se trata de un edificio abierto, que consiste en una serie de columnas que sustentan, a 25 metros de altura, una pérgola estrambótica. Hay también algunas dependencias cerradas, almacenes y parking en el sótano. El edificio ha costado la friolera de más de 50 millones de euros, una auténtica exageración, estamos hablando de más de 8 mil millones de pesetas. El techo de la pérgola  que es dorado y refleja todo lo que hay debajo, debe ser de oro como poco. Este sábado pasado , con una tormenta de media hora escasa, tuvo su bautismo completo, con el resultado de sótanos y parking anegados. Pa habernos matao!, están pensando aún los comerciantes. A día de hoy no hay nueva fecha ni de traslado, ni de inauguración, el alcalde Trías está pensando en ponerle una camiseta al edificio pérgola para financiar las reparaciones. El encanto de los Encantes está en su ubicación actual. Ese entramado de viejas naves, de casetas fijas adosadas unas a otras, del espacio central donde los ambulantes se reparten las cuadrículas. Cada uno con su especialidad, hay zonas de mobiliario nuevo, zonas de electrónica, zonas de ropa de hogar, de accesorios, de herramientas, de complementos. Y sobre todo el espacio central multicolor, con toda la montaña de enseres bien ordenados que cada vendedor expone en su cuadrícula. El encanto de los Encantes está ahí, en pasear por ese laberinto ordenado de pasillos que te permite ir de un extremo a otro bajo el sol, bajo el frío, bajo una lluvia fina en ocasiones, pero siempre bajo la pérgola del cielo de Barcelona, y gratuita. Al aire libre, entre una marea humana variopinta que circula por los pasillos como si de un hormiguero se tratara. Extranjeros, nacionales, el que busca una ropa barata, el que busca un disco raro, el que busca un pincel, el que busca un cuadro, el que busca una silla, y los que solo curiosean asombrados de la enorme y variada cantidad de objetos que se pueden encontrar. Algunos no buscan nada pero se fijan en alguna cosa, regatean el precio y acaban llevándoselo porque les hizo gracia tener un recuerdo de compra en los Encantes. No digo que en el nuevo edificio se vaya a perder la esencia, pero ya no va a ser igual. Pasear, curiosear y comprar bajo una cubierta de 50 millones de euros no va a ser lo mismo que hacerlo bajo el cielo de Barcelona. En otro tiempo, con la especulación inmobiliaria galopante, entiendo que quisieran desalojarlos de su actual ubicación. Seguramente para levantar algún hotel de 5 estrellas y viviendas de alto standing. Pero tal como está la burbuja en estos momentos, no sé que pretenden hacer con ese espacio. Sea como fuere, las que siempre ganan son las empresas constructoras, sean hoteles, sean viviendas de alto standing, o sean pérgolas marcianas, siempre ganan. Espero y deseo que no se pierda el encanto de los Encantes.