viernes, 16 de agosto de 2013

Borrando voy, Borrando vengo ...

Borrando voy,
Borrando vengo,
y con el soberanismo,
me entretengo.

Solo cambiando unas palabras en la estrofa de la canción de Kiko Veneno, la adaptamos rápidamente a la actividad que ha desarrollado el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, esta misma semana. El asunto se remonta a 1.837, ni más ni menos. En ese tiempo no se tiene constancia de que la familia Mas, ni la familia Pujol tuvieran cuentas en Suiza. En dicho año 1.837, se modificó la constitución de Cádiz de 1.812, y según cuentan no fue muy favorable a los intereses catalanes. El caso es que en 1.840 se colocó una placa con un conjunto escultórico, friso, en la fachada del ayuntamiento de Barcelona, por encima del balcón principal. Dicha placa, obra de un escultor de Igualada, decía: Plaza de la Constitución, porque al parecer así se llamó entonces la actual Plaza de San Jaime. Además la placa contenía esculpidas unas figuras alegóricas y el conjunto era homenaje a la constitución de 1.837. Pues han pasado unos cuantos años, nada menos que 173, y han pasado una larga ristra de gobiernos municipales de todos los colores, y a nadie le ha molestado la placa en cuestión. Solo parece haber molestado a Jordi Portabella y a Joan Laporta del grupo Unitat per Catalunya, que hicieron un ruego al pleno del ayuntamiento y fue aceptado por el teniente de alcalde de incultura, Jaume Ciurana. Esta semana se procedió a retirar la placa, con premeditación, alevosía, aprovechando el período vacacional, y demás agravantes posibles. La paranoia soberanista que se respira en estos tiempos es delirante e hilarante a la vez. Daría risa, de no ser porque puede llegar a tener consecuencias serias. Hay ya unas cuantas poblaciones de Cataluña que quieren borrar de sus calles o plazas el nombre de España. Es posible semejante ridiculez y despropósito?. Pues si, lo es. Habría que oír el alboroto que se organizaría si algún pueblo o ciudad fuera de Cataluña, decidiese borrar de sus calles o plazas el nombre de Barcelona, o de Cataluña. La que se iba a armar!. Mientras tanto aquí no gobierna ni Dios, ni ayuntamiento de Barcelona, ni Generalitat. Todos a la sopa boba del soberanismo, esperando que todos los problemas los resuelva la independencia trasnochada. Mientras tanto, borrando, borrando los vestigios del pasado que huelan a España, se van entreteniendo nuestros queridos y votados polítiquillos de poca monta.